Martes 17 de Mayo de 2011
El último deseo
En el punto más alto de la montaña, donde solo Dios y la muerte consuman sus cosas…
Me he reservado un lecho lejos de la escarcha de las almas y las agudezas de las lenguas...
Un lecho de sueños tan míos que solo en agonía los puedo recordar…
Un lecho donde no existen rincones sombríos o pupilas de neón, solo hiedras sonrientes y guijarros traviesos.
Efraín Pavlovic.
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